La pobreza te cambia la vida. Ser pobre significa carecer de recursos materiales y, además, vivir en un mundo inestable y desigual. La mayoría de las medidas de pobreza se basan en
indicadores económicos como los ingresos, la riqueza, los bienes o las capacidades.
Sin embargo, quienes viven en la pobreza no son meros puntos en bases de datos, sino personas con mentes, que sienten y sufren. Sentimientos y sufrimientos que suelen ser medidos y juzgados desde el punto de vista de quienes nunca han estado bajo amenaza socioeconómica, y que pueden llevar a decisiones que se juzgan como “perjudiciales” a largo plazo, sin considerar cómo éstas podrían ser adaptativas al considerarlas desde el punto de vista de quienes las toman.
Por estas razones, mi investigación explora cómo vivir en pobreza da forma a la mente humana y cómo las personas que lo sufren le dan sentido. En mi presentación, examinaré aspectos como la vergüenza, el fatalismo y la dirección del propio proyecto vital, y los relacionaré con un contexto social más amplio de desigualdad, estigma y negligencias gubernamentales.
Habiendo completado más de la mitad de mi tesis doctoral utilizando métodos cuantitativos,
ahora me gustaría dar espacio a la experiencia vivida de estas personas, especialmente a las
voces que se reprimen o ignoran más fácilmente. Para ello, sin duda necesitaré vuestra ayuda.
Así, uno de los objetivos de este seminario es fomentar la colaboración con organizaciones que puedan ayudarme a entrevistar a los verdaderos expertos en pobreza y riesgo socioeconómico: los que la viven cada día. Naturalmente, devolveré los resultados de esta investigación a la audiencia más importante con la que compartirlos: aquellos que la han hecho posible – organizaciones colaboradoras, así como los usuarios y usuarias de intervenciones sociales.
Como organización, estos resultados pueden ayudaros a identificar mejor las preocupaciones más importantes para las personas con las que trabajáis y, por lo tanto, identificar modos de mejorar el diseño e implementación de los programas de intervención social. Estos conocimientos son vitales cuando se trabaja con una población estigmatizada en la que ha habido intervenciones excesivas que no siempre han sido útiles y, en ocasiones, perjudiciales.